BAIT
REINO UNIDO | 2018 | BYN | 87 MIN. | INGLÉS
RESEÑA —
La indefinible película de Mark Jenkin es una obra de singular imaginación. Filmada con un antigua Bolex de manivela, en esta película de 16 mm procesada a mano la cinematografía de alto contraste cruje grano a grano. Frágil y atemporal, el filme es un homenaje al celuloide. El uso del sonido no es menos extraño, con una pista de doblaje de diálogo adr que se escucha como si fuera de otro mundo y, al mismo tiempo, anclada en lo local. La narrativa de Bait es engañosamente simple: una familia de turistas burgueses desciende a un pueblo pesquero en declive donde aún se habla cornish, trayendo consigo la amenaza y el desprecio de la modernidad. La política es sutil y clara: después de todo, se trata de un cine en la era del Brexit. Desde un artificio educado y estudiado, esta película volátil y emocionantemente extraña, es expresiva y no se apega a ningún dogma; sugiere un cine del futuro sin miedo. Es un logro extraordinario.
Reseña por: Jim Kolmar

DIRECTOR —
Mark Jenkin | Cornualles | Inglaterra 1976
Comenzó a hacer películas a la edad de 15 años y asistió a la Universidad de Bournemouth de 1995 a 1998. Jenkin se dio a conocer cuando ganó el Premio Frank Copplestone First Time Director en el Celtic Film & Television Festival por su película debut Golden Burn (2002). El reconocimiento se prolongó con numerosos documentales galardonados, cortometrajes y largometrajes de bajo presupuesto, incluyendo The Man Who Needed a Traffic Light (2003), The Rabbit (2004) y The Lobsterman (2001), un documental sobre la vida del dramaturgo de Cornualles Nick Darke.