El segundo largometraje de Anna Kerrigan, Cowboys, que fue seleccionado para estrenarse en Tribeca en 2020 antes de que el Festival fuera cancelado, vuelca de manera inteligente y sutil los temas familiares recurrentes para crear una película que explota (silenciosamente) ideas sobre la masculinidad, la fragilidad masculina y la salud mental. El joven actor trans Sasha Knight interpreta a Joe de 11 años, un niño transgénero que lucha por salir del clóset ante sus padres: el padre de Joe (Steve Zahn) acepta rápidamente que él no es una niña (“a veces pienso que los extraterrestres me ponen en este cuerpo de niña como una broma”), pero su madre (Jillian Bell) no se convence tan fácilmente, y, por el contrario, recurre a ideas cristianas conservadoras sobre la rigidez del sexo y los roles de género (“Tú tienes un cuerpo. Tienes un camino, y Dios tiene el plan de juego”). Joe y su papá se embarcan en un viaje a caballo por un paisaje virgen del noroeste de Estados Unidos, filmada de manera impresionante por el director de fotografía John Wakayama Carey, desencadenando una búsqueda a nivel nacional de la “niña” desaparecida. La postura de la película sobre el género, la paternidad y la salud mental es más radical debido a su fachada aparentemente convencional. “No hay muchos roles para los niños trans, incluso en personajes pequeños… especialmente en roles transmasculinos”, dijo Knight a un reportero de Out Magazine en febrero, “es genial ser parte de algo que está rompiendo barreras”. Reseña por: Chloë Roddick