Con este largometraje que ganó el Premio Nuevos Directores en el Festival de San Sebastián, la directora y guionista alemana de padre español, Isabel Lamberti, abre “una ventana a las personas marginadas” de Cañada Real, el asentamiento irregular más grande de Europa. Lamberti escribe y dirige la historia de una familia que vive su última primavera en Cañada Real antes de ser desahuciada, ya que su lugar de establecimiento, las “chabolas” (infravivienda ilegal que los habitantes de esta barriada de Madrid construyen por sí mismos), será derribado. Utilizando recursos documentales, La Última Primavera denuncia una situación real protagonizada por la familia Gabarre-Mendoza, habitantes locales cuya actuación les valió el Premio a la Mejor Interpretación en Les Arcs Film Festival. ¿Docudrama o ficción hiperrealista? En todo caso, lo importante es que la película muestra una realidad social que devela la trascendencia de los lazos familiares y la vida comunitaria. El filme, además, expone los mecanismos de adaptación de los miembros de esta familia frente al desahucio, así como la relación entre la autoridad policial y los habitantes ilegales, haciendo énfasis en la noción contemporánea de “propiedad”. Reseña por: Leticia Chaurand