Disponible en Filminlatino del 1 al 4 de septiembre.
No son horas de olvidar
México — 2020
El tiempo se consume. Sin embargo deja huellas visibles. A veces se trata del polvo en las superficies, las cicatrices o las arrugas en el cuerpo. Otras, ocultas, como la experiencia, son ecos del pasado que se prolonga. Tenemos una cinta imaginaria que se rebobina para volver a lo vivido. “El tiempo es una construcción del intelecto”, dice Jorge en No son horas de olvidar (2020), de David Castañón Medina, que atestigua los efectos del Alzhéimer en Juana, su compañera. Se trata de una pareja peculiar: al ser exiliados chilenos en México, se han enfrentado más de una vez a la pérdida de sus raíces. Con metáforas perspicaces como la del umbral, el ventanal, el corredor y el pasillo, creadas en colaboración con la cinefotógrafa Jessica Villamil, el documental de Castañón Medina se asoma de forma poética al abismo de la pérdida de la identidad y el dolor del olvido que han explorado en clave de ficción películas como Lejos de ella (2006), el filme de Sarah Polley, o Siempre Alice (2014), con Julianne Moore.
Reseña por: Carlos Rodríguez
Escuela Nacional de Artes Cinematográficas – Universidad Nacional Autónoma de México/ Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad – Instituto Mexicano de Cinematografía (FOPROCINE-IMCINE)