El primer largometraje de la autodidacta Rhayne Vermette es homónimo del lugar en donde se desarrolla la historia: Sainte Anne, Manitoba, es el territorio originario de la nación Métis, a la que pertenece la familia de la directora. La trama relata la vida de Renée (interpretada por la propia Vermette), una mujer que luego de haber desaparecido por varios años regresa a la casa donde su hija quedó a cargo del hermano de Renée y la esposa de éste. Durante el reencuentro, sin embargo, se asoma la posibilidad de una nueva desaparición. En esta relación de presencia ausente, la protagonista gira alrededor de un espacio simbólico que busca recuperar. No obstante, este espacio se encuentra vacío y perdido, igual que la nación de donde es originaria. Las experimentales imágenes en movimiento muestran los fragmentos disociados del personaje principal al tiempo que las escenas lucen intermitentes, borrosas, contrastantes e incongruentes. Los pasajes oníricos están musicalizados con acordes que se acompasan al ritmo de las imágenes. Con tintes de videopoesía, Ste. Anne fue filmada en 16 mm. Fue producida con el apoyo de gobiernos y asociaciones indígenas de Canadá. Reseña por: Leticia Chaurand